lunes, 8 de junio de 2009

El despeñadero.

Había muerto mi padre y había muerto mi esposa. Era una vida de mierda. Una vez secas las lágrimas, quise vivir todo de corrido tic-tac tic-tac sin que fuera enero, ni San Juan, ni domingo, ni las nueve de la mañana, ni la hora de la siesta. Que el tiempo no causara más estragos que el de restar vida. Sin acontecimientos. Sin excelsas felicidades ni reversos de moneda. Sin letra pequeña. Convertir mi vida en una secuencia dormido-despierto-dormido-despierto. A base de tesón, conseguí no querer nada que pudiera perder. Vivir sin hacerme preguntas ni formular deseos. Sosegadamente infeliz. Tranquilo. Sin llantos. Sin pesadillas. ¿Sosegadamente feliz?. Fue por aquellos entonces que encontré a Mariela. No era ni fea ni bonita. Me enamoró. Y más tarde me partió el corazón.

16 comentarios:

Raúl dijo...

No nos queremos morir nunca, pero si nos dejamos vivir siempre al borde del abismo.

Tesa dijo...

Pero ¿vivir con el corazón intacto es, acaso, vivir?

iliamehoy dijo...

No puedo evitarlo....qué digo no quiero... me encanta esa tecla certera que siempre apunta a lo sublime.
Una sonrisa de puro deleite.

Juanjo Montoliu dijo...

Hay que ver de qué sosegada manera nos has conducido a un despeñadero de pasiones. Vértigo siento.

Besos.

Anónimo dijo...

Con lo bien que estaba, tan tranquilo, sin penas ni glorias y hala, se encontrô con Mariela y se volviô a despeinar y a despeñar. Si es que no puede ser con esto del amor. Otro corazôn partîo...
Besos Elena, excelente el ùltimo banner, aprovecho la ocasiôn para decîrtelo personalmente.

vittt dijo...

quién le ha dado permiso para escribir ni biografía no autorizada. pregunto?

pepa mas gisbert dijo...

Aquí vendrían bien dos refranes muy sufridos, aquello de que un clavo quita otro clavo, o el de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y yo, que no creía en eso de los refranes, tendré que replantearmelo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Saltar a aguas sin saber nadar.
Coser una herida sin anestesia.
Saltar al despeñadero sin paracaidas.

Es buscar un cardiólogo sin corazón.

Arcángel Mirón dijo...

La vida sabe cosas que nosotros no, me parece.

Pablo Carbonero dijo...

me ha encantado el relato!!! pero sobre todo tu nueva cabecera!!!! es genial!
un beso!
Pablo.

Parménides de Elea dijo...

Aunque decía el poeta Publio Siro que Es más cruel temer a la muerte que morir , creo que es más cruel temer a la vida que morir. Ver apagarse la luz de otros y contemplar cómo aún nuestra existencia puede convertirse en una pesadilla mayor hace que, por comparación, la propia muerte resulte el descanso del guerrero.

ALEX B. dijo...

secuencia dormido-despierto-dormido.¿quien no lo ha provocado alguna vez? Para al final volver a acabar con el corazón partío.
Como dicen por aquí :es lo que hay.
Y tu lo transmites muy bien

Pedro M. Martínez dijo...

En pocas líneas has dicho tanto.
Mi aplauso.

Jorge dijo...

Totalmente de acuerdo con Alex B., ¿quién no lo quiso? Gran metáfora.

Mig dijo...

Me parecen geniales tus relatos.El romance y la ironia en una mezcla de satira social,a veces una ola otra,saludos desde elCaribe Miguel.g

Juanma dijo...

Mira que yo pienso lo mismo.
Sosegadamente feliz, o infeliz, pero sosegadamente....
Hasta que venga, un viento del Caribe, por poner un ejemplo, y me de un par de buenas hostias al corazón o a donde sea.

Besos, que tú me entiendes.

¡ Salud !